jueves, 14 de julio de 2011

Tu, que siempre vivirás en el recuerdo.

Busco un recuerdo y no lo encuentro. Ya no queda nada. Te empeñaste en destrozar todo lo que era nuestro y lo conseguiste. Ahora sólo hay vacío, fin, la más absoluta nada. Y, ¿acaso te sirve de algo? Que no haya fotos que demuestren que nos quisimos no significa que no ocurriera, simplemente que tú, que necesitaste echarme de tu vida, has preferido no recordar nunca más lo mucho que me quisiste. Yo te quise, yo te quise a rabiar. Hubiera dado mi brazo derecho por ti, aunque tu no me dieras nada. Nunca me importó no ser nadie, porque me sentía alguien junto a ti. Recuerdo lo mucho que te apreciaba, lo mucho que te buscaba, lo que me gustaba ir contigo a cualquier parte, a hacer cualquier cosa. Recuerdo que fuimos mucho, que yo decía que lo eramos todo y que quizá para ti no eramos más que algo, pero también me querías o eso me gusta creer. Y hoy soy quien soy gracias a ti, soy quien soy por tu culpa. Tu convertiste lo rojo en negro y mis sonrisas en caras de asco. Tu me enseñaste el desprecio, la mentira, tu me enseñaste a ser como tu y te diste cuenta demasiado tarde. No te debo nada, más que un par de insultos que sin duda te mereces. Pero tu a mi me lo debes todo. Me debes una vida, lágrimas. Me debes el sol de todos aquellos días. 


Es absurdo, que después de años, no sea capaz de encontrar una foto junto a ti. Quizá no nos olvidamos como piensas.

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