jueves, 29 de diciembre de 2011

Una partida de Mahjong.

Muchas veces he pensado que la vida es como una partida de Mahjong. Al principio todo es fácil, al principio hay cientos de posibilidades y además puedes elegirlas todas, una tras otra. Pero poco a poco las oportunidades van reduciéndose, cada vez es un poco más difícil que antes encontrar la solución, pero, por ahora, siempre la encuentras. Cuando llevas ya un rato jugando, viviendo, las soluciones dejan de estar tan a la vista, y te cuesta algún quebradero de cabeza encontrarlas. Y siempre llega un momento en el que crees que ya no hay ninguna más. Momentos en los que piensas que ya está todo perdido, que no quedan soluciones. Y entonces es cuando pierdes todas las esperanzas. Cuando estas a punto de cerrar el juego, o de tirarte por una ventana. Pero tan a punto estás que sabes que no te puedes ir sin echar otra ojeada al tablero, sin pensar en toda esa gente que está ahí, en todas las fichas que están esperando ser movidas por ti, en todas las personas por conocer. Y entonces y sólo entonces encuentras una solución más, encuentras algo o alguien que te da esperanzas, alguien que te dice como seguir, que te da una pista, una ficha que desbloquea algunas más y te ofrece más oportunidades. Lamentablemente estas nuevas oportunidades también se acaban y siempre vuelves a pensar en tirar la toalla, vuelves a pensar en cerrar, en irte, en no volver, pero también siempre, hasta que sólo queden dos fichas, hasta que sólo queden dos personas, encuentras una nueva combinación, una nueva forma de seguir, de avanzar. Una nueva forma de jugar, de vivir.


Jugáis una partida?

lunes, 26 de diciembre de 2011

Ya no sé ni lo que escribir. Joder, déjalo.

Irrem

Da igual lo que hagas, lo que busques, lo que padezcas, lo que encuentres, lo que sientas, lo que estimes o ames, da igual lo que te gusta y lo que no te gusta, da igual el cielo y da igual la tierra, da igual el aire, el viento que es aire en movimiento, dan igual las infusiones, los tes y los cuartos de baño, las sillas, dan igual los paisajes, las avenidas, dan igual las entradas y las salidas, las idas y venidas, los sentimientos. Dan igual las entrañas, la piel, la ropa y todos los abrigos del mundo, los teléfonos, los móviles y los emails. Dan igual los perfumes, las lágrimas, los pintalabios y las películas de cine, las llamadas, los conciertos, las fiestas, el alcohol y la diversión. Dan igual los países, las fronteras, el Universo entero. Da igual el chino, el japonés, el alemán, el hindú, da igual tu padre, tu madre, tus hermanos y tus primos, los cds antiguos y los mp3 de hoy. Que todo da igual. Que la vida, sigue su curso. Irremediable.


domingo, 25 de diciembre de 2011

Cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el Universo y te cambia todas las preguntas…

Chords.

Quizá no lo esté haciendo bien, quizá me esté equivocando. Puede que vaya a perder todo lo que tengo y que no sea realmente consciente de ello. Pero es que, si lo único que tienes no te gusta, ¿también debes luchar por ello? Hay demasiadas preguntas para las que ni siquiera imagino una respuesta. Pero los días pasan, y yo paso con ellos.